El tiempo y las situaciones que se van viviendo hacen que nos planteemos qué es lo verdaderamente importante para cada uno en la vida.
En mi caso, estas prioridades han ido cambiando a la largo de la vida.
A los 18-20 años lo que quería era ser un gran jugador de baloncesto y la mayor parte de mi energía la dedicaba a eso. También era importante pasarlo bien, tuve la suerte de disfrutar los años de «la movida» en Madrid y te puedo asegurar que era muy importante pasarlo bien y disfrutar con la ebullición creativa que se estaba produciendo en aquellos momentos.
Con los compromisos de pareja y las hipotecas, la importancia de las cosas va variando y lo importante es tratar de tener una estabilidad laboral que te permita hacer frente a esos compromisos.
Con el nacimiento de un hijo, de nuevo la importancia de las cosas da un giro. Aspectos que eran prioritarios en ese momento, pierden mucho sentido para centrar la mayor parte de tu atención en el vástago que acaba de llegar al mundo.
Cuando eres deportista profesional y llega el momento de la retirada, es otro de los momentos importantes y que hay que tratar de afrontarlo con la mejor disposición posible y haberlo planificado con antelación, ya que a partir de ese momento, en tu vida empieza una nueva etapa.
Fundamentalmente el trabajo, las relaciones de pareja, los niños y el ritmo de la vida actual nos absorben de tal manera que apenas nos dejan tiempo para pararnos y poner un poco de reflexión en el camino.
Hasta ahora no he hablado de la salud, algo que considero que es verdaderamente importante, quizá lo más, y en mi caso la evolución de la enfermedad de Carmen me está haciendo ver la vida desde otro prisma importante en la vida.
A todo el mundo le ocurre que cuando te dan la noticia de una enfermedad tu orden de prioridades, tu escala de valores y lo que es importante, cambia.
La primera vez que me pasó todo esto por la cabeza, fue con la noticia de la enfermedad y posterior fallecimiento de mi compañero en Estudiantes y en el Caja San Fernando, Juanfra Garrido, a la edad de 32 años. Fue un gran impacto en mi vida, ocurrió en septiembre de 1993 y hacía pocos meses que había nacido mi primer hijo.
Me hizo reflexionar mucho acerca de la fragilidad de la vida y el error de no disfrutar del momento y dejar cosas para el futuro si luego no quería arrepentirme.
El lento proceso de la enfermedad de Huntington de Carmen, también me ha servido para prepararme para el momento actual.
Problemas que antes parecían montañas insalvables, se vuelven de una importancia relativa.
Empiezan a tomar posiciones y cobrar una gran importancia las cosas pequeñas y sencillas, lo verdaderamente importante de la vida.
Una vez que Carmen aceptó su enfermedad y era plenamente consciente del deterioro que le iba a producir, empezó a enseñarnos a todos los que le rodeamos, la importancia de disfrutar de los pequeños momentos.
Da la sensación de que el tiempo funcione de otra manera.
Cuando salíamos a pasear con Carmen y se juntaban las circunstancias de ser un día soleado (en Sevilla afortunadamente son muchos esos momentos) siempre me pedía quedarse un rato parada disfrutando de los rayos de sol en la cara. Aunque tuviéramos prisa, siempre quería disfrutar de ese momento y yo iba aprendiendo el mensaje que me quería transmitir: claro que hay cosas por hacer y siempre vamos con prisa, pero ese momento es necesario disfrutarlo.
En verano, su pasión por el mar hace que exprima cada segundo que está con el agua. Su cara de satisfacción es impagable y consigue transmitirnos la importancia de disfrutar de ese particular momento.
Los amigos son otra de las pasiones y debilidades de Carmen, disfruta mucho en cada encuentro y lo saborea al máximo. Hace unos años, las despedidas de estas reuniones se convertían en una fila de personas despidiéndose de Carmen y a cada una de ellas les daba las gracias por lo que hacían o por lo que aportaban al grupo. Quería besar y abrazar a cada uno de los presentes como si no les fuera a ver nunca más.
Las despedidas afectuosas, especialidad de Carmen
Hacer cosas por los demás y compartirlas, es otra de las cosas importantes que nos producen una gran satisfacción.
Después de su operación de cáncer de pecho, quisimos poner nuestro granito de arena con la participación de Carmen en la carrera solidaria de la mujer en Sevilla en 2015.
Por supuesto que en la vida hay muchas cosas importantes y que no hay que descuidarlas nunca, pero Carmen me enseña cada día la importancia de las cosas que de verdad son importantes.
Sol, Agua, Amistad, Momentos, Sonreír, Ser agradecido y Compartir. (aparte de los clásicos salud, dinero y amor). La importancia de lo importante.
¿Y para ti? ¿Qué es lo más importante? ¿A qué le das prioridad?
Házmelo saber en los comentarios y así podemos tener una visión más amplia de lo que verdaderamente es importante.
8 Comentarios
La vida me ha ido sorprendiendo día con enfermedades, situaciones, circunstancias, que me han llevado a poner en marcha mi lema: vive como crees que puedes ser más útil en tu entorno, intentando no dar ejemplo de nada y de todo a la vez, disfrutando de los momentos de cada día, dando tu opinión pero sin convencer a nadie, haciendo las cosas que en el futuro quizás no puedas hacerlas, siempre con cabeza y considerando los pros y contra.
A veces lo importante se convierte en importante porque en ese momento es importante y quizás mañana ya no lo sea!
Esa es la virtud Paco, saber distinguir lo que es importante.
Un fuerte abrazo
También mis prioridades han cambiado desde que conocí a Carmen, veo lo importante de disfrutar de cada momento bueno y he visto como disfruta Carmen del sol y los paseos , ha ido pasando el tiempo y disfrutamos cuando se ríe o cuando contesta a una pregunta y recuerdo sus despedidas con abrazos interminables y besos , muchos besos ??
Todos aprendemos de esta situación. Gracias por tus comentarios.
Me impresiona y admira vuestra fortaleza.
Hace muchos años a mi hermano( con 18 años) le diagnosticaron una leucemia sin esperanza de curación, ( domingo de Resurrección) que ironía, durante los siguientes 11 meses, celebramos infinidad de veces cumpleaños, santos notas y todo lo celebrable nada de caras tristes, fuimos aprendiendo a vivir los pequeños momentos de otra forma .
Ahora mi hermano esta en otra parte pero siempre presente en cada momento de nuestra existencia
Así es como se le saca partido a las situaciones adversas. Gracias Enrique por tu comentario
Cuánta razón en este escrito.
En cada etapa de la vida damos diferentes prioridades a las cosas según el camino q vamos andando.
Mis prioridades a mis 58 años son, sin lugar a dudas, tener conmigo el mayor tiempo posible a mi familia y amigos y con ellos disfrutar de todos los momentos bonitos que podamos pasar juntos. No hay nada más que me haga estar más feliz.
Te ❤ Javi
Pues coincidimos plenamente.
Un beso fuerte.