Muchos de los amigos y conocidos actuales me preguntan cómo era Carmen antes de empezar con los síntomas de la enfermedad.
Entiendo que la curiosidad es tanto a nivel personal cómo físico y poder llegar a comprender cómo una enfermedad degenerativa te va deteriorando poco a poco en todos los aspectos.
He rescatado unas cuantas fotos del baúl de los recuerdos y he cedido la palabra a unos cuantos amigos para que hablen de Carmen.
Si yo tuviera que definir a Carmen tendría que utilizar palabras como: responsable, cariñosa, leal, alegre, tolerante, sincera, con mucho genio, cabezota en ocasiones, organizadora, elegante y presumida. Son las primeras palabras que me vienen a la cabeza.
Para tratar de ser lo más objetivo posible, he decidido pedirles su opinión a dos amigas de la infancia y a dos amigos que nos conocen desde que teníamos 18 años y han vivido muy de cerca toda la evolución del proceso.
Estos son sus recuerdos:
Era muy presumida, organizada y coqueta, pero no en plan tonta que se lo tenía muy creído, sino que le gustaba mucho cuidarse y arreglarse.
Recuerdo, con envidia sana y se lo comentaba siempre a ella, que en su habitación tenía una mesa y un espejo con luz para arreglarse con sus cepillos y un maletín enorme lleno de pinturas y cosas de cosmética: lápices de labios, coloretes, maquillaje… siempre pensaba que como su madre era actriz y se dedicaba al cine y al teatro y se arreglaba mucho, pues de ahí le venía todo esto.
Me volvía loca ir a su casa y abrir ese maletín y que me pintara.
Siempre llevaba los pies y las manos impecables. Me sorprendía y me llamaba mucho la atención que se hiciera la pedicura y la manicura.
Recuerdo su pelo muy largo, negro, con mucho brillo y tengo su imagen de cómo se lo peinaba delante del espejo.
Toda la familia era super limpia, recuerdo su casa siempre con un brillo y un lustre espectacular. Recuerdo siempre mucha limpieza, higiene y orden en su casa.
Era muy reservada para sus cosas personales, había muchas cosas de ella que no sabíamos. No entendíamos dónde estaba su padre, qué es lo que le pasaba, aparecía y desaparecía, luego estaba en un hospital, pero entendíamos que era parte de su privacidad y aunque nos contábamos las cosas, eso no lo compartía.
Una de las primeras cosas que me llamó la atención cuando hablaba con ella ya viviendo en Sevilla, era que me contaba que estaba limpiando las persianas y me lo repetía un montón de veces. Yo entiendo perfectamente limpiar los cristales pero las persianas y con esa insistencia, me llamaba mucho la atención.
Tenía mucho genio y unos prontos muy puñeteros.
Pero si tuviera que decir algo de Carmen, diría que siempre ha sido una gran AMIGA.
Para mi fue una amiga estupenda, guardo buenísimos recuerdos junto a ella y sentí mucho que se fuera a vivir fuera de Madrid tan pronto y que la distancia me arrebatara una amistad que me hubiera gustado tener más cerca, porque al final, la distancia va enfriando las relaciones y pierdes un poco a esa persona.
Os recuerdo siempre superenamorados, compenetrados y muy bien. De esas parejas que tienes como referencia.
A mi Carmen me transmitía equilibrio en su personalidad, muy fiel a sus amigas, abierta y tolerante, de esas personas que nunca te juzgaba y simplemente te hacia saber que estaba ahí para lo que necesitaras.
Muy ordenada y disciplinada, y siempre muy cuidada en todos los detalles de su persona y de su estilismo. Siempre impecable.
Una muy buena amiga a la que echo de menos, y por la que siento nostalgia e impotencia por no poder dar marcha atrás y recuperar años de amistad que han transcurrido sin saber apenas la una de la otra.
En mi corazón siempre llevaré los buenos recuerdos y momentos vividos con ella y esos, no me los quitará nadie.
Conocí a Carmen a los pocos días de conocer a Javier, en una concentración de la selección júnior en Madrid. Los tres teníamos 18 años. No imaginaba en ese momento, que nuestros destinos caminarían juntos durante tantos años, repartidos en nuestras etapas en Bilbao y Sevilla, en las que hemos compartido infinidad de momentos, buenos y menos buenos, así como un puñado de vivencias personales, que sin duda se pueden calificar de “trascendentales” en la vida de cualquier persona.
Desde el principio, vi a Carmen como una mujer alegre y muy amante de estar con sus amigos. Al mismo tiempo, siempre me pareció una persona con la cabeza muy bien puesta, muy madura para su edad y con su escala de prioridades muy definida.
Carmen no pasaba nunca desapercibida y no escondía su estado de ánimo o sus opiniones, que mostraba abiertamente a las personas de su entorno.
Si tuviera que definir a Carmen, sin duda lo haría como una “mujer de carácter”.
Carmen siempre me mostró un enorme cariño e interés sincero por todas mis cosas, incluso podría decirse que, posiblemente por mi estrecha relación con Javier, lo hacía en cierto tono maternal, lo que le llevaba a asesorarme en temas diversos, más propios de una madre que de la novia de tu amigo. He de reconocer que me gustaba.
Guardo en mi memoria muchísimos momentos con Carmen, aunque algunos de los mejores corresponden a los dos años que Javier y yo coincidimos en Bilbao, por lo mucho que disfrutamos y nos reímos juntos.
Recuerdo sus visitas al piso que compartíamos en los que aprovechaba para hacer una “operación orden y limpieza” tras las que, al menos yo, no era capaz de encontrar las cosas que hasta ese momento estaban claramente a la vista, tal vez, lo reconozco, demasiadas cosas y demasiado a la vista.
—¿Alguien sabe dónde están las galletas? —pregunto yo.
— En el armario de las galletas —responde Carmen rotunda.
Tras esa lógica respuesta, opto por dirigirme a Javier en privado y le pregunto
— Oye Chinche ¿tú sabes cuál es el armario de las galletas?
La recuerdo siempre como una persona muy cariñosa, que le gustaba tener un contacto contigo cuando estaba hablando.
Siempre fue muy perfeccionista y ordenada en todos los aspectos de su vida.
Muy elegante y estilosa. Le gustaba vestir con cosas originales y modernas.
Siempre estaba pendiente de la gente de su alrededor. Muy amiga de sus amigos.
Muy cercana y alegre. En cuanto la conoces da la sensación de que te conocía desde hace mucho tiempo y el trato siempre era de total cordialidad.
Me ha costado más de lo que pensaba echar la vista atrás, y sobre todo ver las fotografías que he recuperado de la época y verla en todo su esplendor.
Me he puesto triste.
Esto de mirar hacia atrás no es algo que me guste en exceso, pero siempre viene bien dar una vuelta por el pasado para poder situarte mejor en el presente y afrontar de la mejor manera posible el futuro.
Hoy lo tengo que imaginar, pero no hace mucho tiempo era una realidad diaria: cuando cierro los ojos, siempre me gustaría ver esta sonrisa en su cara.
14 Comentarios
Felicidades Carmen. Hoy cumples 58 años y tus amigas de hace cuarenta y mucho «lo recuerdan. Un beso muy grande. Ángeles y Almudena
Ahora mismo se lo digo. Muchas gracias por el detalle. Besos.
Recuerdo a Carmen solo de una fiesta del cole. La impresión general, ya sabes que esas cosas se comentan, es que formabais una pareja de espectacular.
No recuerdo cómo iba vestida , eso sí me pareció al tiempo que sencilla muy moderna. Las medias , quizás por mi dificultad para encontrar(!) , me parecieron ideales, y desde luego en aquella época imposible encontrar en Sevilla , eran de rombos creo en tonos malvas y grises. Entiendo perfectamente tu ritual de complementos organizados en el tiempo. ?
Siempre recordaré cuando trajiste a Carmen a Sta. Eulalia, ella alucinaba porque es un pueblo muy pequeño de Aragón con todas sus particularidades y las de sus gentes. Y decía con mucha gracia que, en su familia no tenían pueblo, por eso le extrañaba todo.
También recuerdo las botas que fueron «lo más» aquel verano. Se las trajo todas y tenía de todos los colores. Presumida hasta exagerar.
Yo conocí a Carmen y a Chinche a en los años 80 inicio de su noviazgo teníamos veintitantos, yo tambien novia de su amigo Alberto y todo era maravilloso, ellos hacían una pareja de cine.
Carmen un autentico bombón, esa sonrisa, esa melena siempre perfecta, las manos preciosas, elegante, moderna, con su saber estar, divertida y cien virtudes más.
Perdimos contacto al irse a Sevilla a vivir pero seguimos tanto Alberto como yo teniéndolos en nuestro corazón, a Carmen y al valiente de Chinche. Os queremos!!!
Nosotros también os queremos, aunque la vida nos haya llevado por caminos diferentes, la amistad si es sincera siempre perdurará. Recuerdo con verdadero cariño nuestra visita a San Sebastián, allí que pudimos disfrutar de unos maravillosos días juntos. Espero que pronto podamos coincidir y recordar unas cuantas batallitas, que para eso ya nos vamos haciendo mayores. Muchos besos para los dos.
La vida nos guste o no es así de dura algunas veces cuándo nos peguntamos , ¿por qué me ha tocado a mi? pero también te enseña o te da personas como tú que hacen que la misma (la vida) nos resulte absolutamente agradable con nada que nos comparemos con lo tuyo. Eso si, el ánimo con lo que lo afrontas y la entereza de carácter hace que uno se sienta orgulloso de tenerte como hermano.
Gracias hermano, el orgulloso soy yo de tener esta familia que sabe apoyar y respetar cuando es necesario. Os quiero mucho.
Emoción y tristeza, yo la conozco desde hace 13 años y prácticamente desde el principio noté en ella algo que no me cuadraba, leyendo lo que dicen vuestros amigos, te diré que eso si me quedó claro, ordenada, presumida, con mucho genio y cariñosa y super entregada a su familia y aunque después hemos vivido momentos muy (como describirlos) malos no!! ESPECIALES. Me emociona mirar atrás y cuando me enseñaste esas fotografías lloré de impotencia, la quiero muchísimo, bueno os quiero a los cuatro, ?
Nosotros también te queremos mucho. Has pasado momentos muy difíciles con nosotros y eso nos ha hecho a todos mucho más fuertes.
Un beso.
Conocí a Carmen recién llegada a Sevilla en el Club Antares Creo que fue a la primera persona que vio .Me estuvo preguntando por lado de estaban las cosas Enseguida entablamos una relación bastante agradable.Es muy linda y me pareció muy abierta .Creo que al poco tiempo se quedó embarazada tuvo un embarazo precioso nadando hasta última hora .Ha pasado mucho tiempo…..Ahora lo que se es que tiene una familia maravillosa .Un abrazo
Gracias Pilar, por la parte que me corresponde. Carmen disfrutó mucho de esa época en Antares, vosotros la acogisteis con mucho cariño y ella lo valoraba siempre.
Un fuerte abrazo.
Joder Javi… yo no puedo evitar sentir tristeza después de leerte y, sobre todo, sentir cierta envidia de aquellos que conocieron a Carmen antes de todo esto. Yo, que os conozco desde hace apenas 6 años, he podido disfrutar poco de todo eso que cuentas… aunque todavía recuerdo los ataques de risa de Carmen cuando nos reuníamos al principio… y “la cola de despedida” que organizaba para que nadie se le escapara sin ser besado y abrazado… jejeje… que te hacia esa especie de llave de yudo y no te soltaba… y te besaba como si no hubiese un mañana… o como cuando a medio días paseaba por el carril bici con Paqui, me oía llegar en moto (estaba pendiente la tía…) y me levantaba los brazo y empezaba a lanzarme besos… y claro… quien no paraba allí en medio de la carreteas a darle un abrazo y un puñado de besos… a pique de habernos matado en mas de una ocasión… Desgraciadamente cada vez disfrutamos menos de esos pequeños momentos… que a mí me emocionaban… y aunque le tengo mucho cariño, no me puedo imaginar cómo habría sido la relación con Carmen si la hubiese conocido antes de la enfermedad… bueno, si… me imagino que hubiese sido tan fantástica, como lo es contigo… que sabes que te aprecio mucho… “jodío… “… en fin Javi… esas fotos que nos enviaste hace unos días, supongo que cuando estabas escribiendo estas líneas en tu blog, nos emocionaron a todos… solo puedo decirte ¡¡¡ÁNIMO!!! Y sabes que tienes todo nuestro cariño y que nos tienes aquí para lo que necesites
Muchas gracias Jose Manuel, vosotros sois mi gran fortaleza, el tener estos amigos y saber que siempre van a estar a ahí es un tesoro que quiero cuidar con todo el cariño del mundo.
Un fuerte abrazo.