Siempre nos ha gustado mucho viajar. Desde muy jóvenes hemos tenido la oportunidad de poder hacerlo y hemos compartido muchos viajes.
Salir del entorno habitual nos permite conocer otros lugares, otra forma de ver la vida, ampliar tu visión del mundo y sobre todo aprender a relativizar tus circunstancias y valorar las cosas de las que podemos disfrutar.
Cuando era jugador de baloncesto tuve la oportunidad de viajar mucho y como Carmen trabajaba en el ayuntamiento, aprovechábamos sus períodos vacacionales, sobre todo al principio del verano, para planear algún viaje más largo.
Nuestro primer viaje juntos fue a Lisboa en el año 1981 y al siguiente verano hicimos un recorrido París y la costa azul.
Dos pipiolos jovencitos con muchas ganas de conocer mundo y con escasa profundidad de bolsillo.
En el año 86 visitamos Marruecos en compañía de unos buenos amigos canarios hasta llegar a Marrakech. Un viaje en coche cargado de aventuras y que fue una magnífica experiencia.
En el verano de 1990 tuvimos la oportunidad de cruzar por primera vez el Atlántico para hacer un viaje por EEUU y poder conocer de cerca su cultura, además de visitar a amigos que nos hicieron el viaje mucho más sencillo y atractivo.
Tengo en el recuerdo la increíble capacidad organizativa de Carmen en la planificación de los viajes. Maletas, billetes, hoteles, rutas, cambios de moneda etc. Todo controlado.
Puesto en el contexto de aquellos años, ya que en esos momentos no se contaba con la ayuda de internet, adquiere un mayor valor todavía.
Cuánto ha cambiado la manera de viajar.
Apuramos hasta el último momento ya que estando Carmen embarazada de nuestro primer hijo y con permiso del ginecólogo, visitamos a un buen amigo en la República Dominicana.
Siempre hablábamos de que algún día intentaríamos dar la vuelta al mundo.
El nacimiento de nuestros hijos hizo que los grandes viajes fueran disminuyendo para ir aumentando los destinos nacionales.
La aparición de los primeros síntomas de la enfermedad de Huntington y el proceso evolutivo de la propia enfermedad, hizo que todas esas capacidades fueran mermando y realizar un gran viaje se fue convirtiendo cada vez en algo más soñado que real.
A día de hoy, nuestras expectativas respecto a los viajes se han visto muy reducidas y somos conscientes que nuestra manera de viajar nunca volverá a ser la misma.
Nos toca adaptarnos a la realidad, aceptarla y tratar de disfrutar en la medida de nuestras posibilidades.
Una sencilla escapada a la playa se convierte en un reto organizativo y dar un paseo por el carril-bici es uno de los recursos más frecuentes durante todo el año. Para nosotros esa es nuestra particular vuelta al mundo.
A nuestra manera, seguimos viajando.
Gracias al cariño de nuestros amigos, estamos al día de sus viajes. Por eso hemos incluido una nueva modalidad viajera que es la de «viajando desde casa».
Los amigos nos mantienen al día con sus fotos, vídeos, audios, etc. y nosotros mentalmente y de corazón les acompañamos.
No es lo mismo que viajar, pero nos gusta.
Viajamos por Europa en Vespa, vemos bellas puestas de sol, nos sumamos a magníficas excursiones por el Pirineo y participamos de varias escapadas familiares e incluso de sus comidas. No nos falta ni los brindis al final.
De esta manera tenemos la sensación de estar al mismo tiempo en distintas partes del mundo sin movernos de casa y además sintiendo el cariño de nuestros amigos.
Hay días que hasta terminamos cansados de toda esta actividad.
Gracias por compartirlo con nosotros. !Buen viaje para todos y a disfrutarlo!
3 Comentarios
Pues si javier .siempre en positivo.paralante siempre un abrazo para todos.
Me parece maravilloso, esa forma de viajar, también alimenta el alma. Un abrazo enoooorme y a seguir viajando, da igual la forma.
Así lo intentamos, cambia la forma pero el espíritu permanece. Un beso muy grande.