El haber sido deportista profesional y en la actualidad profesor, hace que el principio del año lo relacione con el mes de septiembre. No tengo como referencia el año natural, sino las temporadas que ocupan dos años diferentes. Así que por mi parte, feliz año, curso o temporada, lo que prefieras.
Después de la buena experiencia del año pasado en el aspecto vacacional que dejé reflejada en la entrada Un poco de distancia, he tenido la oportunidad de poder repetir este año y las sensaciones han sido un poco diferentes.
Por un lado, he vuelto a comprobar que El equipo V ha funcionado a las mil maravillas, mis hijos y las personas que nos ayudan han dado un paso hacia delante y me han permitido disfrutar de una semana «solo para mí». Juego en un equipo de alto nivel y eso se nota cuando no eres imprescindible y el equipo sigue funcionando.
Pero por otro lado, lo primero que he pensado a la vuelta, ha sido que tengo que ir ya preparando la futura salida del equipo de los jugadores de la cantera, es decir, mis dos hijos. Sus inquietudes y su incorporación al mercado laboral, hará que en un futuro, más cercano que lejano, quieran empezar a jugar en equipos con aspiraciones distintas al nuestro.
Es un reto el poder coordinar con habilidad el relevo de estos jugadores, aunque estoy seguro que siempre van a querer jugar algunos partidos con nosotros.
En esta ocasión, he necesitado un poco más de tiempo para adaptarme a la sensación de «no tengo que estar pendiente de nadie». Cuando tu cabeza está en constante alerta por la necesidad de estar pendiente de una persona, no resulta sencillo mirar solamente hacia el interior y encontrarte contigo mismo, nada más y diría que nada menos. A mí, me cuesta realizar esa acción introspectiva y necesito un proceso de adaptación. Cuando lo consigo, logro un gran rendimiento, aunque en ocasiones me produce cierto vértigo esa situación.
En esos momentos, es cuando percibes con más claridad los diferentes frentes que tienes abiertos: personales, familiares, sociales, laborales y el poder observarlos todos desde la distancia te permite analizarlos mucho mejor.
El verano es una buena época para hacer balance de lo que ha ocurrido y pensar en nuevos objetivos para tratar de llevarlos a cabo.
Defiendo para los que somos cuidadores el poder tener estos momentos, son verdaderamente productivos y beneficiosos.
Pero en esta ocasión, he tenido mucha más sensación de contraste que el año pasado y me explico: por un lado disfruto de unas vacaciones para mí. Tengo mi capacidad de decisión al 100% de las cosas que quiero hacer y las que no. Pero por otro lado, pienso en Carmen y veo sus grandes limitaciones y sobre todo la imposibilidad de compartir cosas que yo sé que le harían disfrutar al máximo, y eso, me produce un sentimiento extraño, una mezcla de rabia, dolor e impotencia.
Es entonces cuando me surgen las dudas al volver a casa: le cuento a Carmen todo lo que he hecho, no se lo cuento o se lo cuento a medias.
He optado por la media verdad, es decir, he contado algunas cosas generales pero he obviado los detalles en los que creo que ella hubiera disfrutado mucho, pero que el hecho de no poder llevarlos a cabo le pueden hacer sentirse mal.
Si entiende y procesa toda la información, estoy convencido que ella se alegra de que yo pueda disfrutar.
Es posible que me equivoque, pero si es consciente de sus limitaciones, le puede hacer sentirse mal, y eso, prefiero evitarlo, pero es una percepción muy personal.
En todas estas circunstancias siempre intento ponerme en lugar de la otra persona y yo, preferiría que me lo contaran, pero que tampoco se recreasen en los detalles.
Es en estas situaciones cuando se produce ese contraste de sensaciones: por un lado, tengo la fortuna de disfrutar de muchas cosas, y por otra, las cuento con la boca pequeña, temiendo que ella se pueda sentir mal al escucharlas.
Disfruto pero no disfruto del todo.
Tampoco pretendo tener siempre las ideas claras, acertar y saber cómo actuar en cada momento, pero esta sensación preferiría no tenerla y no me resulta del todo cómoda, aunque soy plenamente consciente que intentar saber qué es lo que entiende Carmen y qué es lo que no entiende, eso, ya no es posible.
La vida es pródiga en contrastes, seguiremos observando y aprendiendo…aunque la capacidad de adaptación, siempre será fundamental para tratar de disfrutar cada momento.
22 Comentarios
Hola Javier, gracias por este blog, acabo de descubrirlo, quiero leerlo todo a la vez y me aturruyo como decimos por El Bierzo comarca en la que vivo. Tengo en común contigo el Hungtinton de momento mi marido y una hija recientemente diagnosticada. Y ya tienes una Pilar más en tu lista de seguidores, se que voy a aprender mucho de tí.
Hola Pilar, de nada y encantado de saludarte. Es muy satisfactorio poder contar mi experiencia y que además pueda servir de ayuda. Me tienes a tu disposición para lo que necesites.
Saludos.
Gracias Javier, tengo tantas cosas que contar, y en este momento tan poco tiempo, pero creo que e encontrado el sitio justo y si me dejas poco a poco lo iré contando.
En mi vida se me hubiera pasado por la cabeza que, añadido al desgaste de tener que estar pensando qué hacer para conseguir que la persona cuidada esté de la mejor manera posible, hubiese que estar con el miramiento de lo que pudiese pensar. Está muy bien que nos cuentes estas cosas para que nos hagamos idea de lo que verdaderamente significa tener al cuidado una persona. Gracias
Sólo la grandeza personal permite ambas posturas, a saber: la conciencia de que los miembros más jóvenes del equipo tienen que abrir las alas y volar hacia su propio destino personal; y valorar el efecto que el disfrute que justamente te reservas a solas, causará en la compañera de vida que anhelaria vivir esos momentos contigo.
Y para ambas cosas hay que ser generoso y sensible.
Tienes mucho amor que dar a los tuyos. Gracias.
Gracias a ti por escribir. Se avecina una etapa más delicada y habrá que saber adaptarse. Un beso.
Leyendo esta nueva reflexión…te deseo una gran temporada llena de nuevas experiencias y sobre todo de fuerza y energía positiva. Esa que nos transmites continuamente a aquellos que te seguimos de cerca. GRACIAS por ser como eres GRACIAS por no perder esa sonrisa gigante aún compartiendo las durezas de la vida con los que te queremos GRACIAS por desdramatizar la vida y compartirla con nosotros tal y como es…sin trampas DE VERDAD. Un besote compiiii
Gracias a ti Ro por escribir, por tus palabras y por estar siempre al pié del cañón. Un besazo grande.
Muchas gracias, te deseo un buen inicio de curso y de temporada, si así fuese el caso. Un abrazo
Pd: sigo entrenando en Umbrete (el pueblo donde vivo) llevo el mini masculino del club.
Muchas gracias Fernando y te deseo una magnífica temporada con tu equipo.
No sabes cuánto me alegra que tengas la valentía para regalarte esos merecidísimos días de desconexión , aunque te surjan las mil dudas , son fundamentales para que continúes dándole a Carmen la calidad de vida que está en tu mano.
Beso enorme!
Gracias Yeyo, a pesar de las dudas es muy importante ese tiempo para uno mismo y es la mejor manera de seguir con entusiasmo. Un beso grande.
Eres un crack. Un beso muy grande y mucha fuerza.
Gracias Pilar, un besazo para vosotros.
Muchas gracias por compartir y hacerme reflexionar. He aprendido sobre mis propias dicotomías al leer tu post. Un abrazo
Gracias a ti por leerlo, si además puede ser de utilidad me doy por satisfecho. Un abrazo
Mil gracias una vez más, queridísimo amigo, en esta ocasión por compartirnos la profundidad vital de los contrastes y por la emoción tan cercana que me genera. Te quiero.
Un verdadero placer leer estas palabras de una de las personas que me inspiran y motivan cada día. Yo también te quiero.
Hola Javier. Gracias por compartir tus emociones y el día a día. Un abrazo
Gracias a ti Pilar, yo estoy disfrutando mucho con este proceso. Un abrazo.
Cuando abro la tablet y me encuentro con noticias vuestras no sabes como te lo agradezco.Me alegro que hayas podido disponer de unos días de vacaciones..Un abrazo
Gracias a ti Pilar por seguir y leer el blog. Un abrazo